lunes, 28 de enero de 2013

XVIII

perdida en estepas infinitas
mientras el viento canta la canción
que encierra a los hombres en sus casas

tus ojos oceánicos 
me miran desolados
preguntan por el mar
al niño este que soy
bajo la luz templada
el enorme vacío del silencio
la voz que dibuja los momentos
enciende las venas  de este tiempo

luminosas y verdes como un laser 
ardientes me traspasan
su caricia es todo lo que he sido
en la feroz distancia de tu ausencia
es todo lo que soy


invocaré al océano
entregaré mi llanto
traeré la playa entera
arena tras arena
el son lejano y triste
las olas a tus pies
se posarán

la danza sempiterna de la nada
hecha de instantes todos
se abisma en tu mirada
su líquido fulgor

confunde mi gambito
en esta misma orilla
se oculta mi extravío
anoto algunos versos

sobre el agua
me pierdo entre dos besos
cuando la niña-maga

dibuja su canción

Lejos de todo
abrazado a la nada

rendido en su regazo
sus labios sus besos
su mirada
aquel regalo

como un juguete roto
envuelto en la luz gris
de la tarde hecha de asombro
la lluvia incomprensible

se erije entre lamentos y ceniza
en medio del camino
esta alegría loca
el surco salvaje de su rastro
ofrenda enamorada

Sonreíd conmigo.

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