lunes, 14 de enero de 2013

XIV

Te anhelo tanto
que mi queja no suena
ni se pronuncia mi voz
no se derrama mi pena
sobre tu llanto

En mis sueños de loco
tu rostro resplandece
se viste mi vigilia con tu sombra
bailando una canción
al ritmo de la danza
que yo amo
entre mis besos y tus huellas
se vierten los delirios
y tiemblan las estrellas
cuando vagas, vagamos, sin sentido
tú perdida en las arenas
yo en las olas inerme te persigo.

Tú vuelas en tu nube
yo junto al polvo del camino
atado a esta tierra extranjera
donde humea aún el asombro
del amor sin medida
que aquella vez rocé

Ignoro si sueño o soy soñado
de tu ausencia en la nieve
lo cierto es el fulgor helado
ardiendo entre mi fiebre
del mar de tu mirada
y el agua de tus labios

Bebo tu nombre y mi extravío
para olvidar la sed y las fronteras
desterrado de ti
aguardo en el último lugar
del silencio y la fila
donde este corazón helado
descansa y se ilumina
con la calma

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