Sueño tus sueños
recorro a veces
esos pasillos helados
de penumbra y ausencia
nadie contempla tu anhelo
tu bello rostro sereno
nadie aprecia
nadie juega contigo tus juegos
nuestro nombre es sólo uno
cuando
en nuestros sueños
yo sí juego.
Deambulas sola
hermosa gema incandescente
que arde inaccesible
en la distancia oscura
transitas estancias vacías
vastos silencios
en tus ojos de océano
Te dio la espalda el camino
ahora el vacío brillante
ofrece la nada
una extensión sin nombre
que te traspasa
donde nadie te ve
donde nadie habla
no dices nada
el viento no roza tu mano
que resplandece, pura y frágil
Pero mis caricias todas
son tuyas
infinitos
mis instantes
tuyos
todas mis vidas
y en la mañana fría
si mi alma aún alienta
es tuya
Cuando la escarcha del tiempo
que va quemando el mundo
te hiele los desnudos pies
los templaré
en las tardes oscuras sin besos
te besaré
cuando llegue el invierno
y te falten abrazos
te abrazaré
Cuando nadie
pronuncie tu nombre
te llamaré
y si nadie juega
yo jugaré
Cuando todos lloren
reiré
enredados en sus necios afanes
te abandonarán
en las resplandecientes arenas de la nada
nos encontraremos
cuando ellos se marchen
yo llegaré
cuando olviden tu nombre
el mío te daré
domingo, 25 de noviembre de 2012
martes, 13 de noviembre de 2012
V
Caminas indiferente sobre los campos,
asesino,
tus labios helados resplandecen
bajo la luz del crepúsculo azul
donde termina el mundo
corretea tu hija junto a ti
y el viento juega con las hojas
sus risas su vestido
el viento ululante en su lamento
repite tu nombre tu nombre
recorres indiferente los caminos
asesino.
Fueron tan dulces los besos de la tarde
ahora es otoño
tan dulces como el son cristalino del silencio
tan hermosos como el tazón de sopa
que en el invierno aguarda
y el eco de la canción templada de los ángeles
brillante aún en tu voz
que fuiste serafín ardiente
¿recuerdas la caricia de sus labios?
ese océano hecho de océanos
las olas de sus besos dentro de las olas
asesino ¿recuerdas?
asesino,
tus labios helados resplandecen
bajo la luz del crepúsculo azul
donde termina el mundo
corretea tu hija junto a ti
y el viento juega con las hojas
sus risas su vestido
el viento ululante en su lamento
repite tu nombre tu nombre
recorres indiferente los caminos
asesino.
Fueron tan dulces los besos de la tarde
ahora es otoño
tan dulces como el son cristalino del silencio
tan hermosos como el tazón de sopa
que en el invierno aguarda
y el eco de la canción templada de los ángeles
brillante aún en tu voz
que fuiste serafín ardiente
¿recuerdas la caricia de sus labios?
ese océano hecho de océanos
las olas de sus besos dentro de las olas
asesino ¿recuerdas?
lunes, 5 de noviembre de 2012
IV
Pasan los días. Los amaneceres remolonean perezosos debido al temporal interminable. El viento azota los caminos. Mis pasos, mis recuerdos. Soy todos y soy todas. Soy ninguna. Recorro las calles vestida por miradas recelosas. Labios marchitos musitan palabras pesadas que se deslizan como víboras hasta mis pies. Soy ese viejo loco, el que desgrana su solitario y estremecido discurso. Nadie escucha lo que digo.
Y en mi pecho germina la locura
de beberme el azul bajo las horas
de sentir a la luz sobre mi carne,
de mi corazón deshecho por el hambre.
Yo soy la anciana consumida
que arrastra sus harapos
y sostiene en sus brazos
como a un crío
la realidad
que yace exhausta
dejando atrás toda revolución
como pérfido engaño ya agotado
rueda infinita hasta que todo acabe...
Yo soy la niña maga
cuya risa juega en los caminos
su música calma el fuego de la noche
porque el cuento está vivo.
Ambas danzan su extravío
los pájaros traspasados de fulgor
dan forma a sus quiebros
como delicadas manos que trazaran
límpidos gestos en el aire
giraban y giraban
buscando agujeros de luz
en la noche del tiempo.
Y en mi pecho germina la locura
de beberme el azul bajo las horas
de sentir a la luz sobre mi carne,
de mi corazón deshecho por el hambre.
Yo soy la anciana consumida
que arrastra sus harapos
y sostiene en sus brazos
como a un crío
la realidad
que yace exhausta
dejando atrás toda revolución
como pérfido engaño ya agotado
rueda infinita hasta que todo acabe...
Yo soy la niña maga
cuya risa juega en los caminos
su música calma el fuego de la noche
porque el cuento está vivo.
Ambas danzan su extravío
los pájaros traspasados de fulgor
dan forma a sus quiebros
como delicadas manos que trazaran
límpidos gestos en el aire
giraban y giraban
buscando agujeros de luz
en la noche del tiempo.
III
-
¿Dónde vas?
- a Katum Huuk
- ¿qué lugar es ese?
- el lugar donde se cambia el mundo
- llévame contigo
- No puedo. Has de ir por tu propio pie. Ese camino que me lleva a mi no es el mismo que te lleve a ti…
- a Katum Huuk
- ¿qué lugar es ese?
- el lugar donde se cambia el mundo
- llévame contigo
- No puedo. Has de ir por tu propio pie. Ese camino que me lleva a mi no es el mismo que te lleve a ti…
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