Estas frases que, miserables, quisieran ser versos, son las excrecencias mentales de una simple criatura. No son su historia, ¿cómo narrarla? cómo el júbilo, cómo el llanto, el silencio brillante o el juego de instantes, el beso o la caricia de su ausencia. Esta pobre criatura. Una delgada línea de existencia que se contempla con asombro a sí misma. Apenas el latido de un pulso de energía y materia, fluidos, bioquímica, información y tiempo. Consciencia y humanidad extraviada entre la multitud de entrelazados cosmos. Este yo que ríe y llora, que ama y también en silencio. Sin el poder de curar pero con el deseo inmenso de curar. El chamán más impotente con los más grandes sueños. El animal más medroso enfrentando sin temor la enormidad. El señor de sus miedos. Tú que me lees, nada sabes de mi, pero percibirás un día la marca de mi hendidura. El fulgor hondo y brillante de mi amor de guerrero sobre el tejido espacio-tiempo. Que así sea.
PD: Respecto a extravío-1, fue escrito hace ya mucho tiempo sobre los charcos oscuros de un otoño lejano.. Su reflejo aún me busca algunas noches de invierno..